Pensaba escribir un post sobre el tema, Rubén lo ha hecho mucho mejor de lo que yo lo hubiera hecho.
En el campo desde mi posición sinceramente no me pareció falta, aunque mi compañero de grada sí la vio clara desde el primer momento, pero después al verla por la TV me quedó claro que la entrada era
merecedora de expulsión directa. Al día siguiente afortunadamente vi a Messi salir de la clínica y meterse en el coche sin muletas, ya no parecía tanto para lo que pudo haber sido.
He visto Guardiola muy cabreado, más que nunca, y con razón, aunque le sobró la insinuación de que el Atleti intentó ganar el partido a costa de esas entradas, no hubo más lesionados y alguno del Barça se fue sin tarjeta pese a habérsela ganado en el campo.
En el artículo anterior denuncié que los medios sólo se ocupan de las lesiones de las grandes figuras y piden su protección. Pienso que todos los jugadores se merecen la misma protección se llamen como se llamen y jueguen donde jueguen, acepto la sanción de dos partidos a Ujfalusi, pero también los mereció Gurpegi en una jugada que además fue penalty y que nos dejó sin Agüero un partido y alguno más que debía no haber jugado.
Estoy harto de la información dirigida por los medios, la misma falta merece para ellos distinto castigo según quien sea, es como si un día propusieran que los goles de CR o de Messi valgan doble porque cobran el doble y son galácticos. En el campo todos deben ser iguales para todo: para ser castigados o para ser protegidos.
Durante años me he quedado afónico en los derbies con el Madrid increpando a Michel Salgado quien sin poder jugar el balón lesionó de forma alevosa a Juninho, como bien recordó
Fernando en su blog, entonces Sara Carbonero aún no habría terminado la EGB (o la LOGSE o lo que le tocara) y seguramente no sabía distinguir un balón de baloncesto de uno de fútbol. Ahora sí sabe distinguir algunas cosas: los que juegan en un equipo y los que juegan en otro. Desde mi reconocida desinformación no sé si Sara ya tiene terminada la carrera de periodismo, pero hasta ahora la prefiero a Roncero, Siro López, Chus Galán y demás personajes merecedores de ser tratados como
mis odiados periodistas. De momento no meteré a la Carbonero en dicho saco, quizás por su cara bonita, que al fin y al cabo quizás es lo que le dio el puesto que tiene.
No voy a defender a los jugadores del Atleti como los más deportivos del mundo, pero si denuncio que desde los medios se ceban con ellos como no lo hacen con otros jugadores de otros equipos en situaciones similares: el pisotón de Simeone, el gol con la mano de Agüero, ahora la entrada de Ujfalusi...
Hay que gritar que
ya está bien de tener dos varas de medir: repito que la entrada de Ujfalusi es merecedora de roja y de los dos partidos de sanción, pero por favor, que se castigue del mismo modo al jugador que haga una entrada igual a un jugador del Atleti incluso cuando vista el color blanco en su camiseta (con este color me refiero no sólo al Madrid, sino también a jugadores del Sevilla o Valencia de sobra conocidos: Pablo Alfaro, Javi Navarro...).
Todos hemos visto en la última temporada cómo CR recibía multitud de faltas (91 según el Karca), pero no más las que recibía Reyes, a quien "solo" le señalaron 93 (según el mismo panfleto) muchas menos de las realmente recibidas; pero de las que se habla es solamente de las del primero pues parece ser que duelen más, aunque si luego se recupera de una lesión sale Telemadrid diciendo que es un "superhéroe" [
sic].
Aprovecharé la ocasión para reivindicar de nuevo
el boicot a esos panfletos que alguna gente atlética aún tiene tiempo y ganas de comprar y leer, aún a sabiendas que las 13-15 primeras páginas (incluida la portada) son dedicadas al Madrid y entre 2 y 4 páginas son para el Atleti (bueno, y la contraportada en la que de vez en cuando ese tipo de nombre Miguel Serrano habla del Atleti).
Se me ha olvidado hablar de Mourinho, pero es que este personaje se describe él solo, hace unos años el Marca y el As lo describían muy bien, ahora han perdido la memoria y ocupa una de cada tres portadas, ya tienen su Santísima Trinidad: Dios es uno (Florentino, por supuesto), pero también lo es Valdano, y ahora Mourinho en ese sagrado misterio que es la Santísima Trinidad madridista.